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NUESTRA DIÓCESIS DE PASTO, UNA HERMOSA REALIDAD PARA CONOCER

INTRODUCCIÓN

 

“La Diócesis, presidida por el Obispo, es el primer ámbito de la comunión y la misión. Ella debe impulsar y conducir una acción pastoral orgánica, renovada y vigorosa, de manera que la variedad de carismas, ministerios, servicios y organizaciones se orienten en un mismo proyecto misionero para comunicar vida en el propio territorio. Este proyecto, que surge de un camino de variada participación, hace posible la pastoral orgánica, capaz de dar respuesta a los nuevos desafíos. Porque un proyecto sólo es eficiente si cada comunidad cristiana, cada parroquia, cada comunidad educativa, cada comunidad de vida consagrada, cada asociación o movimiento y cada pequeña comunidad se insertan activamente en la pastoral orgánica de cada diócesis. Cada una está llamada a evangelizar de un modo armónico e integrado en el proyecto pastoral de la Diócesis”1

Aunque se ha avanzado en la misión de la Iglesia particular y a pesar de los esfuerzos realizados, no logramos responder de manera global y eficaz a la realidad que se vive debido a la mentalidad pastoral tradicional y la poca convicción, sentido de pertenencia y corresponsabilidad que genera en algunos de los bautizados el miedo al cambio y el asumir el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización (PRODIRE) desde la espiritualidad de comunión, como un camino permanente y solidario. Iglesia Diocesana, comunidad evangelizada, evangelizadora y liberadora al servicio del Reino de Dios.

 

ANTECEDENTES

 

Pasto es la única sede episcopal en Colombia y la segunda en Sur América que puede ufanarse de tener un obispo en los altares, SAN EZEQUIEL MORENO DIAZ. (Obispo el 10 de Junio de 1896). La otra Sede es Lima con Santo Toribio de Mogrovejo.

La ciudad de Pasto es fundada en 1537, cronológicamente es la Quinta Diócesis erigida en el Cono Norte de Sur América desde el descubrimiento de América – (Regencia Española ) – hasta la independencia Patria (Las cuatro sedes que acompañaron a Pasto son: Santa Martha, (1534), Cartagena, (1536), Bogotá (1564) y Popayán (1546).

Pasto es la segunda Diócesis criada en la República, inmediatamente después de la independencia de España. La primera fue Nueva – Pamplona (N.S.). Después del descubrimiento, el territorio del actual Departamento de Nariño, donde está ubicada la Diócesis de Pasto, formó parte del Virreinato del Perú, de la Diócesis del Cuzco hasta 1572. El primer misionero que llegó a nuestra tierra fue el Dominico Vicente Valverde, de origen español. Luego de pertenecer al Perú pasó al Virreinato de Quito hasta 1717 y luego a la Nueva Granada en lo civil y siguió eclesiásticamente perteneciendo a Quito por voluntad del Arzobispo de Popayán, quien temiendo la furia de los Indios indaguas no quiso atender este sector.

En 1824 pasa eclesiásticamente a Popayán; en 1836 se crea el Obispado Auxiliar de Popayán con residencia en Pasto. En 1859 se crea la Diócesis de Pasto con una extensión de 800.000 kilómetros cuadrados, correspondiéndole toda la parte sur de Colombia. Dos Diócesis tienen el honor en América Latina de haber tenido un obispo Santo: Lima con Santo Toribio y Pasto con San Ezequiel Moreno Díaz.

CREACIÓN E HISTORIA DE LA DIÓCESIS DE PASTO HASTA LA ACTUALIDAD

La Diócesis de Pasto fue creada el 10 de Abril de 1.859, por el Papa Pío IX, mediante Bula (Documento Pontificios) “In excelsa Militantes Eccesiae” (Colocados por la Divina Misericordia en la sublime cumbre de la Iglesia).

Pío IX fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 3 de Septiembre del año 2000.
Cuando se creo la Diócesis de Pasto se desmembró de la Diócesis de Popayán y nombrando como Obispo José Elías Puyana. Tenía una extensión de 800.000 kilómetros cuadrados, correspondiéndole toda la parte Sur Occidente Colombiano, comprendía los departamentos de Nariño, Putumayo, Caquetá, Amazonas y parte del Cauca.

De la Diócesis han surgido 7 jurisdicciones eclesiásticas:

• Vicariato Apostólico de Leticia.

• Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán.

• Vicariato Apostólico de Guapí.

• Diócesis de Florencia.

• Diócesis de Mocoa – Sibundoy.

• Diócesis de Túmaco.

• Diócesis de Ipiales.

La Diócesis de Pasto está ubicada en la Provincia Eclesiástica de Popayán en el
Sur occidente Colombiano; por el norte limita con la Arquidiócesis de Popayán en el Departamento del Cauca, Sede Metropolitana y los Vicariatos Apostólicos de Guapi y Tierra dentro; en el mismo Departamento de Nariño, al sur, con la Diócesis de Ipiales, por el occidente con la Diócesis de Tumaco y por el oriente con la Diócesis de Mocoa Sibundoy en el Departamento del Putumayo.

La Diócesis de Pasto cuenta aproximadamente con 866.000 habitantes en su mayoría de raza blanca y mestiza; con una extensión de 7.190 kilómetros cuadrados está ubicada en el Departamento de Nariño, en el extremo sur occidental de la República de Colombia, América del Sur. La ciudad capital del Departamento, San Juan de Pasto, es también la Sede Diocesana; es una de las ciudades más antiguas de Colombia.

Nariño limita al norte con el Departamento del Cauca, por el oriente con el Departamento del Putumayo, por el sur con la República del Ecuador y por el occidente con el Océano Pacífico; está conformado por 64 municipios de los cuales 25 pertenecen a la Diócesis de Pasto.

La principal fuente de la economía es la agricultura; se cultiva cebada, papa, fique,trigo, café, maíz, frutales, etc.; la variedad de climas ha hecho posible una diversidad de cultivos y productos agrícolas que incluso se exportan a los departamentos del interior del país y a la vecina República del Ecuador. Además el trabajo de artesanías con fama internacional, por ejemplo: El barniz de Pasto, la talla en cuero y madera.

Desde el 25 de marzo de 1.995, Monseñor Julio Enrique Prado Bolaños, pastorea ésta Iglesia diocesana y trabajan pastoralmente 126 sacerdotes, 11 Comunidades Religiosas Masculinas, 22 Comunidades Religiosas Femeninas, 3 Comunidades de Vida Apostólica, 2 monasterios de Vida Consagrada, 2 Comunidades en Proceso de Fundación. Hay 71 Parroquias, 42 en la zona rural- 29 en la zona urbana y 6 Zonas Pastorales que pronto serán parroquias. Durante estos 155 años aproximadamente ha sido guiada por 17 Obispos residenciales.

La Diócesis está organizada en 10 vicarias que favorecen una mayor articulación en el anuncio del Evangelio.

“La Diócesis de Pasto es una porción del pueblo de Dios cuyo cuidado pastoral se encomienda al Obispo con la cooperación del presbiterio, de manera que unida a su pastor y congregada por él en el espíritu Santo mediante el Evangelio y la Eucaristía constituye una iglesia Particular, en la cual este presente y actué la Iglesia de Cristo, Santa, Católica y Apostólica” (Derecho canónico No 369).

En el momento son 8.000 agentes de pastoral a nivel diocesano, reconociendo el trabajo del actual Obispo, Julio Enrique Prado Bolaños y toda la labor de los agentes comprometidos. Quienes emprenden un trabajo arduo de promoción humana desde las luces y sombras que la diócesis en la actualidad se encuentra en el cual se puede descubrir la problemática que se está viviendo como es: el empobrecimiento, la corrupción, la violencia, las consecuencias del narcotráfico, el deterioro ecológico – ambiental y la aceptación pasiva de formas de pensar y actuar ajenas a la cultura, hacen que el pueblo diocesano esté sumido en el individualismo, el desconcierto y la desesperanza impidiendo lograr en la contribución efectiva de la construcción de una sociedad organizada, participativa y justa.


PROCESO DIOCESANO DE RENOVACION Y EVANGELIZACION

DIÓCESIS DE PASTO


La Iglesia debe emprender un anuncio profético, litúrgico y social donde el centro es Cristo mismo y su labor pastoral ha de favorecer: “Una Nueva Evangelización, Promoción Humana y Cultura Cristiana, dinamizadas con nuevo ardor, nuevos métodos y nueva expresión.” (Santo Domingo 24-30), compromiso de todos los bautizados y personas de buena voluntad, en una acción pastoral de comunión y participación.

Monseñor Julio Enrique Prado Bolaños emprende la iniciativa con sus presbíteros y laicos comprometidos de llevar un PLAN GLOBAL DE PASTORAL, que unifique criterios y acciones en la Diócesis. Así en 1995 se inicia un proceso de Renovación Pastoral; se crean espacios de reflexión y trabajo; se capacitan personas en encuentros nacionales, asesorados por el SEDAC (Servicio De Animación Comunitaria); se convoca y crea el EDAP (Equipo Diocesano de Animación Pastoral); se convocan e inician encuentros diocesanos con laicos, religiosos, presbíteros y el Obispo; otro tanto a nivel de vicarías foráneas; se asume la metodología prospectiva como un medio para canalizar la Nueva Evangelización, el cual, Permite y ofrece un modo de hacer la lectura de los «Signos de los tiempos» de una determinada Diócesis.

La Espiritualidad de Comunión es la que enmarca, penetra y dinamiza toda la acción pastoral, donde Dios quiere salvarnos no individualmente sino como pueblo congregado en la unidad (LG 9 AG 2). Espiritualidad de Comunión que dinamiza y orienta la propuesta y el proceso; Espiritualidad entendida como experiencia que surge de la comunión Trinitaria: Padre, Hijo y Espíritu Santo y por el bautismo nos inserta en ella como Pueblo de Dios que dilata el Reino.
Pueblo que se alimenta de la Palabra de Dios, de la oración, de los sacramentos, del Magisterio eclesial, del diálogo teológico y pastoral y que se expresa en relaciones de fraternidad en los espacios de evangelización de la familia, pequeñas Comunidades Eclesiales, Parroquia y Diócesis, viviendo la experiencia maravillosa insinuada por el Concilio Vaticano II, de una Iglesia Pueblo de Dios, Iglesia servidora e Iglesia comunión, una Iglesia toda ella ministerial. (LG, 9-17).

Entre diversas metodologías, la prospectiva es un instrumento válido para responder a la renovación conciliar de una pastoral comunitaria, global, orgánica y permanente. La metodología prospectiva permite ubicarse de mente y corazón en el futuro deseable, a la luz de la reflexión bíblico-teológica y desde allí reflexionar, diseñar y actuar sobre el presente, de tal modo que desencadene un proceso lógico a una coyuntura histórica y a un ideal deseado y amado por un pueblo organizado.

Así, entre 1995 y 1998, se convoca e inicia un nuevo caminar, serio, profundo y reflexivo, en ambiente de oración y confrontación vida – Evangelio al que se denomina Etapa Previa, punto inicial para la elaboración de un Plan Global desde un primer diagnóstico (análisis de la realidad, planteamiento del problema fundamental).

Es el primer consenso de todos Sobre el plan, donde se inician experiencias de Evangelización de conjunto y organizadas. En este tiempo se descubre tres problemas fundamentales: Marginación, Conformismo e Indiferencia, el cual, el Proceso de Renovación desea dar respuesta desde sus etapas y fases correspondientes, cuyo ideal es una Iglesia que viva en Comunión y Participación.

Una vez terminada la etapa previa (1995- 1998) en Asamblea Diocesana, se emprende el camino de este Plan Global de Pastoral, con la primera etapa de Convocación – sensibilización a la Comunión y Evangelización a través de los valores del Reino. Está comprendida entre los años de 1999 al 2008, el cual se trabaja en tres fases:

Primera Fase: Autoestima expresada como Reconocimiento, aceptación, valoración.
Segunda Fase: Creatividad expresada como arriesgarse, promoverse y proyectarse.
Tercera Fase: Solidaridad expresada en encuentro, compartir y fraternidad.

Esta primera etapa se terminó con la semana de fraternidad en el mes de Octubre del 2008. Esta semana consistía en tener encuentros de familias entorno a la Palabra de Dios y lograr formar pequeños grupos de familias donde celebran los acontecimientos importantes de su vida, se reúnen una vez al mes en casa de una de las familias del grupo. El futuro de estos grupos de familias es que sean comunidades servidoras que trabajan por conseguir la justicia, la paz y el crecimiento integral para todos.

Al finalizar la primera etapa se realizó un segundo análisis de la realidad con luces y sombras de toda la Diócesis que camina en el proceso de crecimiento en la comunión y participación, cuyo resultado de éste diagnóstico es el empobrecimiento, la corrupción, la violencia, las consecuencias del narcotráfico, el deterioro ecológico – ambiental y la aceptación pasiva de formas de pensar y actuar ajenas a nuestra cultura, hacen que nuestro pueblo esté sumido en el individualismo, el desconcierto y la desesperanza impidiendo que logremos contribuir efectivamente en la construcción de una sociedad organizada, participativa y justa. Frente a esta situación se desea que el Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Pasto, esté organizado en Pequeñas Comunidades Eclesiales de Familias y pueda dar razón de su Fe, mediante el encuentro con la Palabra de Dios, fundamento de nuestra vida cristiana, la experiencia de Jesucristo Vivo y la proclamación de la Fe y sus exigencias.
Gracias a este segundo diagnóstico se dio paso a la Segunda etapa: Redescubrimiento de la vida cristiana – catequética, que es la profundización de la Comunión – Evangelización a través de las verdades de fe.

Esta Segunda etapa, se tiene como centro la Sagrada Escritura, Tradición, Magisterio de la Iglesia y está conformada por tres fases: Primera fase: Encuentro con la Palabra de Dios, fundamento de nuestra vida cristiana; Segunda fase: La experiencia de Jesucristo Vivo; tercera fase: la proclamación de la Fe y sus exigencias. La primera fase que está comprendida entre los años 2009 a 2012 se trabaja: en 2009 -2010 acercarse y escuchar la Palabra de Dios desde la Sagrada Escritura; en el 2011 acercarse, escuchar y meditar la Palabra de Dios viva en la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, y en el 2012 orar y vivir la Palabra de Dios en la experiencia comunitaria. Esta segunda etapa finalizara con el sínodo diocesano.

Se tiene otra Tercera etapa que es de Madurez en la Comunión Evangelización mediante la celebración consciente de la fe a través del compromiso, comprendida en: redescubrimiento de ser comunidad (primera fase); vivencia renovada de los sacramentos (segunda fase); compromiso comunitario ministerios (tercera fase). Se finalizara esta etapa con el congreso Eucarístico y lograr llegar al ideal, comunidad de comunidades (Comunidades Eclesiales de Base), ejercicio de dones, carismas y ministerios.

 

CONCLUSIÓN

 

Esta porción de la Iglesia que peregrina en la Diócesis de Pasto, es un pueblo ansioso de Dios, así lo ha manifestado en el transcurso de su historia, en su religiosidad popular y en sus profundas convicciones Marianas. Es un pueblo, cuya participación, particularmente en el proceso Diocesano de Renovación y evangelización – P.D.R.E, ha consolidado más su expectativa en su Iglesia y sus anhelos de compromiso como bautizados en la Nueva Evangelización. Este Pueblo de Dios clama y quiere ser protagonista de la historia de salvación, por esta razón, los agentes de Pastoral, animados por nuestro pueblo y guiados por Jesucristo Pastor Supremo estamos llamados a responder con creatividad y fidelidad a los nuevos retos coyunturales (Cf. Puebla 87-89).

Esta Iglesia Particular de la Diócesis de Pasto tiene el ideal de que el Pueblo que celebra el Jubileo, se acerque y escuche la Palabra de Dios desde la Sagrada Escritura, fortalezca las estructuras básicas de comunión y participación y en la identidad de los agentes de pastoral, cuente con estructuras acordes al momento pastoral, crezca en la vivencia de la espiritualidad de comunión y en la transformación de la realidad.

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